domingo, 28 de febrero de 2016

TEATRALIDADES DE / Y “RASAESTÉTICA”, Richard Schechner (primera parte)


  1. La Poética de Aristóteles y el Natyasastra (NS) de Bharata-muni, manual sánscrito de la performance, ocupan posiciones paralelas en la dramaturgia europea e hindú (y, por extensión, en las varias zonas y culturas en las que se realiza teatro al estilo hindú y a la europea. Ambos textos siguen siendo objeto de interpretación activa, en teoría y en la práctica; los dos están en los “orígenes” o muy cerca de los comienzos de sus respectivas tradiciones teatrales; los dos han inspirado “textos posteriores” o “contratextos” destinados a realzar, revisar o refutar sus principios básicos. El impacto de la Poética es penetrante pero oculto, mientras que el NS se comenta abiertamente. Pero también hay diferencias profundas. Aristóteles fue una figura histórica, autor de muchos textos filosóficos fundamentales que afectaron y hasta determinaron el pensamiento occidental en varios campos, en un espectro amplísimo: ciencias físicas, política, pensamiento social, estética y teología. Sus obras han sido debatidas activamente durante más de dos milenios. Bharata-muni es una figura mítico-histórica, supuesto autor o compilador de un compendio muy específico de saber oral que trata de los orígenes religioso-míticos y de las continuas prácticas de natya, palabra difícil de traducir, pero reductible a danza-teatro-música. Nunca sabremos exactamente cuánto del NS es obra de una sola persona ni qué porción pertenece al saber popular.
Además, el NS es un “sastra”, sagrado, inspirado en la autoridad de los dioses, mientras que la Poética es secular y depende del pensamiento lógico que su autor contribuyó a crear. El NS se presenta como un diálogo extendido entre muchos sabios que se acercan a Bharata para pedirle que explique todo lo que es pertinente al natya. Su enseñanza empieza con la historia de cómo se originó el natya, de qué temas trata y a quién está dirigido (1). La Poética fue escrita (o quizás reconstruida de los alumnos de Aristóteles) en el siglo IV antes de Cristo, mientras que las fechas del NS están todavía en disputa, entre el siglo VI antes de Cristo al siglo II de la era cristiana. En algún momento después de completarse, el NS “se perdió”, se fragmentó, se sumergió. El NS no llega a los hindúes modernos directamente ni, en su mayor parte, tampoco llega como texto. Primero, el NS fue interpretado por varios comentadores, el primero de los cuales fue Abhinavagupta, en el siglo X; le siguieron Bhatta Lollata, Srisankuka, Bhatta Nayaka y Bhatta Tauta. Según Kapila Vatsyayan, aparte de esos comentadores importantes, “no muchos textos han sido sistemáticamente cotejados, editados y publicados. Cientos… se encuentran como manuscritos en colecciones públicas o privadas, en la India y fuera de la India, y un número igual o mayor se halla en fragmentos” (1996: 115). Tal fragmentación no debe leerse como evidencia de “falta de cuidado” sino como señal de que la tradición del NS es oral, corpórea y activa. Hay que distinguir la influencia del NS en tanto texto (literatura) y su presencia en los cuerpos de los actores (´oratura´) en quienes ha sido absorbido, y que forma el centro de la multiplicidad de tradiciones orales que, en su conjunto, abarcan la performance clásica hindú.  Como texto, el NS era casi desconocido hasta que los orientalistas del siglo XIX lo desenterraron en retazos sueltos y pasaron casi setenta y conco años cosiéndolos para darles coherencia (2). Desde su “redescubrimiento”, el texto del NS ha ejercido cada vez más influencia, especialmente entre los estudiosos y los practicantes educados para “respetar textos escritos”. Y sin embargo, todavía hoy, el NS tiene más poder como conjunto encarnado de ideas y de prácticas que como texto establecido. Gracias a la práctica y a la transmisión como práctica del natya, los gurúes continuamente interpretan el NS. A diferencia de la Poética, el NS se baila más que se lee.
El NS y la Poética son diferentes en estilo, intención y ubicación histórica. La Poética, escrita casi un siglo después de la época de la gran tragedia griega, constituye sólo una pequeña parte de la inmensa producción de Aristóteles. Es un texto lacónico, sin descripciones de performances reales; trata sobre todo del drama, no del teatro, enfocada en una obra, el Edipo, que Aristóteles ofrece como modelo de imitación. Enmarcada como “racional” y como “histórica”, la Poética no se considera sagrada, aunque lo ha sido, y su influencia sigue siendo notable. Por otro lado, el NS es un híbrido de mito y conocimiento práctico de la performance, con un espectro amplio y detallado. Su autor y protagonista, el semi-divino Bharata-muni, es casi seguramente el pseudónimo de una tradición oral recogida. Pero la diferencia más importante entre la Poética y el NS es que el libro hindú trata en detalle de la performance: expresión emocional tal como la transmiten gestos y movimientos específicos, tipos de papel y personaje, arquitectura teatral y música. Los géneros tradicionales, como el Kathakali, el Bharatanatyam y el Odissi logran la integración de maneras que privilegian la danza, el gesto y la música, y dan menos importancia a la trama. Y luego está el rasa.
NOTAS
(1)    El hecho de que, muy al principio del texto, Bharata atribuya al NS el status de veda –los textos hindúes más sagrados y antiguos- no es nada inusitado. Muchas veces, para validar un texto o darle fuerza, solía asignársele el carácter de “quinto veda”. Finalmente, por supuyesto, se le asignó al NS el rango de “sastra”, puesto bastante bajo en la escalera jerárquica de las escrituras sagradas. Hay mucho que decir respecto del mito de origen que lo enmarca, que se encuentra en el capítulo 1: se narra la historia de cómo Brahma compuso el “quinto veda”, su transmisión a Bharata y a sus hijos y la performance que hicieron del “primer natya” en la ocasión del festival de la bandera de Mahendra (la celebración de la victoria de la India contra los asuras y danavas [demonios]). Los demonios están furiosos por la performance de su derrota, corren al escenario y mágicamente congelan “parlamentos, movimientos y hasta la memoria de los actores”. Interviene Indra y golpea a los demonios con un asta de bandera que luego se instala como tótem protector. Brahma le dice a Visvakarman, arquitecto de los dioses, que construya un teatro impenetrable, bien guardado por los dioses más poderosos. Una vez construido, los dioses dicen que es mejor negociar con los demonios que excluirlos por la fuerza. Brahma está de acuerdo, se acerca a los demonios y les pregunta por qué quieren destruir natya. Los demonios responden “Tú eres nuestro creador tanto como de los dioses”, entonces ¿por qué nos omiten del natya? “Si eso es todo”, dice Brahma, “entonces no hay razón para que estén enojados o apenados. Yo he creado el Natyaveda para mostrar buenos y malos actos y sentimientos de los dioses y de ustedes”. Entonces natya es de origen divino, lo abarca todo, y consiste en acciones buenas y malas. Para una interpretación extensa y muy sofisticada del mito que enmarca el NS, ver Byrski 1974.
(2)    Según Kapila Vatsyayan (1996: 32-36) y Adya Rangacharya, cuya reciente traducción del NS al inglés es la más legible, en 1865 el norteamericano Fitz Edward Hall desenterró y publicó varios capítulos. En 1874, el alemán Wilhelm Heymann (o Haymann, como lo escribe Vatsyayan) escribió un ensayo importante que impulsó al estudioso francés Paul Reynaud (o Regnaud, según Vatsyayan) a traducir varios capítulos. Pero sólo en 1926 se comenzó la edición crítica Baroda. El texto completo –en sánscrito- no se publicó hasta 1954. “A pesar de todo esto, el texto final es contradictorio repetitivo e incongruente; hay lagunas, también, pero lo peor es que hay palabras y pasajes casi imposibles de entender… No sólo los eruditos modernos no pueden entenderlo; hasta casi hace mil años… Abhinavagupta… mostró esa tendencia.” (1996: xviii). Vatsyayan (180 ss.) proporciona un “Database del Natyasastra,” donde ubica y enlista los 112 textos y fragmentos existentes que se conocen. Todos los textos están en sánscrito, pero transcritos en una variedad de dialectos: newari, devanagari, grantha, telugu, malayalam, tamil, kanarese. Por eso sabemos que desde temprano, el NS tuvo amplia difusión en el subcontinente. 

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